Anatomía del cine: El Technicolor y la revolución que coloreó al cine de magia

¿Recuerdas los vibrantes, atractivos y resplandecientes colores de The Wizard of Oz, Singin’ in the Rain o Gone with the Wind? 



Las películas de la época de oro de Hollywood tenían una cualidad inconfundible, el maravilloso uso del color; como si cada fotograma estuviera diseñado para perdurar en la memoria por décadas. Lamentablemente, hoy en día, algunos largometrajes de estudio lucen apagados, con una escala de grises deprimente y uniforme, que empobrece la experiencia visual. Detrás de aquella composición inolvidable, existía una explicación técnica y revolucionaria llamada Technicolor.


El Technicolor fue una de las primeras tecnologías para obtener color en el cine. Este proceso de filmación y proyección utilizaba un prisma que dividía la luz en tres tiras de negativos: rojo, azul y verde. Después se realizaba el positivado (o la obtención de una copia en película), y cada una de las tiras se empapaba con químicos de los colores complementarios, ocasionando que el rojo se transformara en cian, el verde en magenta y el azul en amarillo. Finalmente, el proceso de transferencia de tinte, donde los colores eran prensados uno sobre otro para formar la imagen final.

Las cámaras que podían grabar con esta técnica eran grandes, y ocasionaban demasiado ruido, se requería de iluminación potente por lo que en los sets de filmación la temperatura aumentaba considerablemente. Como se podrán dar cuenta, este proceso no solo implicaba amplios recursos físicos sino también monetarios y de tiempo, pero para algunos directores como Hitchcock, Donen o Fleming valía completamente la pena.


En la actualidad ya no existe el technicolor, y ha sido reemplazado por diferentes formatos tanto de exhibición como de proyección, tal cual la estrella de esta década, el IMAX, el cual puede utilizar cinta o de manera digital. Esta nueva tecnología ha revolucionado a la industria debido al aspecto artístico y de calidad de la imagen que brinda, no obstante, una parte considerable de las producciones blockbuster de Hollywood parecen desaprovechar estas herramientas.


Tal como mencioné al inicio, The Wizard of Oz es una de las principales referencias para hablar del Technicolor. Su impacto dentro del cine a color es innegable, apuesto que has visto la maravillosa escena cuando Dorothy abre la puerta a la tierra de Oz y el mundo con tono sepia es reemplazado por una paleta de color brillante. Pero, ¿por qué Wicked (la cual es una propiedad intelectual derivada de la película antes mencionada) decide alejarse de esa estética característica y se transforma en una cinta que luce como cualquier otra, en lugar de preservar el legado de una de las grandes cintas de fantasía de la historia?


Para entender cómo el Technicolor dejó de ser una de las principales técnicas de color en el cine es necesario repasar su origen, auge y eventual caída, al igual que la importancia del color para la cinematografía y la inevitable llegada del look moderno a Hollywood.


De izquierda a derecha: los hermanos Lumiére, Smith y Kalmus

El origen, auge y caída del Technicolor


Origen


A inicios del siglo XX, los hermanos Lumière patentaron el “autochrome”, el cual fue el primer proceso fotográfico en color, donde al igual que el Technicolor, se utilizaba una lamina de vidrio con granos microscópicos de almidón teñidos de los tres colores primarios: azul, amarillo y magenta, este último podía alternar con el naranja, verde claro y violeta. Las placas autocromas eran piezas únicas ya que eran positivas y transparentes. Este proceso fue útil hasta 1935, cuando fue abandonado.


Para 1906, George Albert Smith (pionero del cine brtánico) inventó el "Kinemacolor" o el primer procedimiento cinematográfico comercial “color natural” un dispositivo en el cual se adhería dos colores en película de blanco y negro para que por medio de filtros colocados en ruedas giratorias, se filmará en color, este último proceso también se implementaba en la proyección. Este proceso tenía base en el fenómeno phi y la persistencia retiniana.


Por lo anterior se entiende que desde el principio de la época del cinematógrafo, se buscaba filmar y proyectar con color, sin embargo, eran procesos extremadamente complejos, costosos y agotadores.


No fue hasta 1915, cuando tres amigos egresados del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), el ingeniero Herbert Kalmus, el inventor Daniel Frost Comstock y el genio de la fabricación W. Burton Wescott fundaron la compañía Technicolor Motion Picture Corporation. 


Dentro de la empresa, se gestionaron cuatro procesos diferentes que mejoraban el proceso de calidad y cantidad del efecto de color.


Frames de The Gulf Between (1917)

  1. Proceso 1 (1916-1917): por medio de un prisma, se dividía la luz y se exponía en un filtro de dos colores (rojo y verde), ambos se encontraban en una tira de película blanco y negro, se filmaba a doble de velocidad. Requería de un proyector especial por lo que su costo era aún mayor.

La primera y última película filmada con este sistema fue The Gulf Between. Hoy en día, se conservan algunos fragmentos de la cinta, no se cuenta con el metraje completo.


Frame de The Toll of the Sea (1922)


  1. Proceso 2 (1922-1928): retoma el uso de los dos filtros (rojo y verde) y las dos imagenes en blanco y negro se registraban en una única tira negativa, posteriormente se imprimian en positivo.

La primera cinta en implementar este sistema fue The Toll of the Sea (1922), luego fue Wanderer of the Wasteland (1924) y se utilizó en las secuencias de color en The Ten Commandments (1923) y Ben-Hur (1925).

Cuando se proyectaban las películas con este proceso, cada fotograma se calentaba debido a la intensa luz del proyector.


Frame de The Viking (1928)


  1. Proceso 3 (1928-1931): la cámara era exactamente la misma que en el proceso 2, por lo tanto, su proceso de filmación era el mismo hasta que en el laboratorio, los fotogramas con el filtro rojo se imprimían en película de gelatina, mientras que con el resto, se repetía el proceso. Cabe destacar que este procedimiento acompañó al nacimiento del cine sonoro, en consecuencia se incorporó primero la banda sonora en la capa blanca y luego la negra.

Se ofrecía mayor profundidad, color y contraste, por lo que las películas con esta propuesta incluyen a The Viking (1928), The Mysterious Island (1929) y Sally (1929). Tal cual el primer proceso, se conservan pocos negativos originales.


Frame de Snow White and the Seven Dwarfs


Auge 


  1. Proceso 4 (1932-1952): en esta etapa, finalmente se implementa la tercera tira de película, la cual exponía en azul. El proceso es el mismo que describí al inicio de este artículo.

Fue el proceso más popular dentro de Hollywood; en esta etapa se negoció un contrato con el propio Walt Disney donde podían utilizar esta tecnología hasta 1935, dos ejemplos fueron la tanda de cortos de SIlly Simphony y Flowers and trees (el primer cortometraje de animación en ganar el Óscar de esa categoría). 

Para 1937, estrenarían la revolucionaria Snow White and the Seven Dwarfs, la cual enfatizó en “el maravilloso Technicolor multiplano” o que estaba montada para filmar hacia abajo con el lente por encima del tablero de dibujo horizontal y así generar la ilusión de profundidad, por lo que la exposición que esta técnica tuvo fue gigantesca.


La llegada de Dorothy a Oz

Ahora bien, en 1939, Victor Fleming conquistó a las audiencias con una de las mayores apuestas para la época, The Wizard of Oz. La transición del tono sepia (en lugar del blanco y negro típico de la era) de Kansas al colorido Oz marcó un antes y un después en el cine.


Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) vio el potencial en esta tecnología, aparte que deseaban competir contra el reciente éxito de Blanca Nieves, por lo que apostaron económicamente por el equipo necesario para filmar la cinta. Aquella escena del color invadiendo la pantalla fue revolucionario, ya que representaba el inició del viaje de autodescubrimiento de Dorothy: indicando así que el color era parte fundamental de la narrativa cinematográfica.


El vibrante camino amarillo fue retratado de tal forma que no solo guiaban a nuestra protagonista sino que, ocurría con el espectador. Respecto a la iluminación en Oz es brillante; cuando aparece Glinda se busca enfatizar en su bondad por medio de la luz suave de fondo, mientras que con la Bruja Malvada, este aspecto cambia a una luz amenazante.


El icónico color verde de la Ciudad Esmeralda transmitía la esperanza de encontrar al Mago y así cumplir con su deseo. Cada elemento de color significa algo, tal cual el contraste entre la piel verde de la Bruja Malvada y la paleta de Glinda. 


Gone with the Wind


En ese mismo año, Fleming estrenaría una de las películas más trascendentales y épicas de todos los tiempos, Gone with the Wind. Aquella historia de soberbia y amor que consolidó a Viven Leigh como una de las grandes actrices de la historia. En esta cinta, también se utilizó el Technicolor como recurso narrativo para mostrar la pasión, la desesperación y la esperanza de un futuro mejor.


Singin' in the Rain


Para 1952, Stanley Donen y Gene Kelly se encargaron de realizar uno de los musicales estrella de Hollywood, la icónica Singin’ in the Rain. Para 1989, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la declaró como “la cumbre del musical en Technicolor el mejor ejemplo del cine de Hollywood como puro espectáculo”.


Donen mencionó que utilizar las cámaras que tenían esta tecnología implicaba un esfuerzo mayúsculo, particularmente por la cantidad de luces potentes (de arco) que se requerían, por lo que se requirió de mayor tiempo de grabación. 


En esa misma película, la estética referenciaba al incomparable cine silente, el cual se sustentaba de actuaciones dignas de la comedia ligera, pícara y enredada (o vodevil). Las tomas continuas dentro de los diferentes números musicales permitía una mayor naturalidad y fluidez rítmica. La luz era cálida, entonces se reforzaba la sensación de nostalgia por aquella época de 1920.


En la increíble escena donde Kelly canta y baila la canción homónima de la cinta, la paleta de color contrasta con la del resto del metraje, ya que se acentuó en las gotas lluvia y en los movimientos de baile.


El director de fotografía de The Wizard of Oz y Singin’ in the Rain, Harol Rosson encapsuló la maravilla de color dentro de una fusión de imágenes vividas con la vibra incomparable de cada número de baile. Cabe destacar que en la segunda cinta, el uso de sombras es mínimo ya que se acentuaba en los movimiento de los personajes. 


Otras cintas relevantes para la industria cinematográficas filmadas en Technicolor fueron: The Red Shoes (1948), Vertigo (1958), An American in Paris (1951), Meet Me in St. Louis (1944), Gentlemen Prefer Blondes (1953), Indiscreet (1958) y Charade (1963).


Frame de The Godfather


Caída


Tan solo tres años más tarde, en 1955, se filmó la última película con el proceso de tres tiras fue Foxfire. Esta decisión se vió ampliamente influenciada por la llegada del "eastmancolor" (fundado por Eastman Kodak), este nuevo sistema incluía una sola tira de filmación, no se requería del complicado proceso del Technicolor, por lo que se ahorraba tiempo y recursos monetarios.


El avance de esta nueva tecnología marcaría en selló del Technicolor. La compañia ya no grababa con sus cámaras, sino que se dedicaban a las impresiones de las cintas, siendo este el caso de The Godfather (la cual utilizó el Eastman 100T) pero fue procesada en un laboratorio de aquella empresa. 


A finales del siglo pasado, en 1997, se intentó la reintroducción del Technicolor al cina por medio de la transferencia de tinta en la producción; inclusive se restauraron algunas películas como The WIzard of Oz, The Rear Window y Funny Girl. En esa misma década se utilizó para cintas como Batman y Robin, Toy Story Pearl Harbor.


Finalmente, en 2002 Technicolor eliminó el proceso de transferencia de tinta. Tras 109 años de existencia, el 24 de febrero del 2025, las operaciones de la compañía cesaron.


The Wizard of Oz

El color como parte fundamental del lenguaje cinematográfico


Ahora que conocemos la historia del Technicolor, es fundamental mencionar el papel del color para el cine. Al inicio del uso del cinematógrafo se pensaba que este recurso le brindaba veracidad a la historia de la pantalla grande pero conforme se inventaban las tecnologías, este elemento pasó a ser el vehículo para narrar a profundidad la trama.


El círculo cromático es la herramienta visual por excelencia para determinar las mezclas entre tonalidades a través de la descomposición natural de la luz. En su versión simple, esta rueda tiene 12 colores básicos provenientes de los primarios (azul, amarillo y rojo). Los colores complementarios (u opuestos) en el círculo crean un contraste fuerte, mientras que los adyacentes forman combinaciones sutiles, por lo que existen ciertas mezclas exitosas que capturan la atención del individuo en pocos segundos.


Por lo que aprender a manejar el círculo cromático facilita la incorporación de símbolos visuales, la creación de atmósfera, la identificación de personajes y lugares así como indicar la evolución de la historia.


Estas funciones se dirigen a asociar un color con un sentimiento o emoción, por lo que cuando el espectador vuelva a ver esa tonalidad, automáticamente recordara la emoción que experimentó y se establecerá un vínculo entre ambos hechos. Igualmente, se dice que esta conducta proviene de la biología, en particular por el proceso mediante el cual nuestros ojos registran los colores, lo que a su vez depende de la luz.


Singin' in the Rain


De acuerdo con la Psicología del color, la cual estudia la percepción, el comportamiento y las emociones bajo diferentes colores; establece lo siguiente de acuerdo a los principales colores:


  • Rojo: se relaciona con emociones intensas, tal como el amor, la pasión, la furia, el peligro y la lujuria.

Por esta razón, en Gone with the Wind es uno de los colores predominantes: retrataba las características del contexto y de Scarlett O’Hara.

En la cinta sueca Haxan (1922) empleó las tonalidades rojas para acentuar el miedo, el peligro y la pasión, en contraste el azul fue para las escenas serenas.

  • Azul: simboliza la tranquilidad, la inteligencia, la frialdad pero también esta acotada a la seguridad, la depresión y la calma.

Tal cual en Donnie Darko donde este color acompaña el viaje melancólico del protagonista o en Harry Potter and the Prisoner of Azkaban, donde se busca transmitir soledad y misterio.

  • Amarillo: representa a la luz y el oro, por lo que se enlaza con la felicidad pero tambien puede acotarse a la envidia y traición.

El camino amarillo de The Wizard of Oz conducía a ver al mago, quien aparentemente podía concederte tu deseo más profundo; por lo que no solo generaba esperanza sino felicidad.

  • Verde: puede evocar calma, libertad, naturaleza, juventud y esperanza, pero también envidia y celos. Un claro ejemplo se encuentra en The Shape of Water, otro en Joker y otros más en Fallen Angels.

  • Rosa: comúnmente se asocia con la infancia y la feminidad, así como con el cariño, el amor, lo delicado y la dulzura.

Basta con recordar el fenómeno cultural de Barbie o dentro del propio contexto de Wicked y The Wizard of Oz, con Glinda.

  • Naranja: este color se vincula con calidez, paz y para atraer la atención. Se suele mencionar que es un color optimista, aunque puede representar la superficialidad, la arrogancia y la impaciencia.

Un gran ejemplo está en Good Will Hunting, una cinta que se percibe como calida debido a su mensaje, mientras que el contrario se encuentra en Dune: Part Two con la soberbia de Paul Atreides o en Babylon con la superficialidad del Hollywood de 1920.

  • Gris: es un color imparcial por lo que está asociado a la neutralidad, objetividad y a la elegancia, pero también puede indicar tristeza e indecisión.

Tal cual Zodiac y Gone Girl dirigidas por David Fincher, en ambas retrata la frialdad y la obsesión de sus personajes.

  • Negro: tiende a asociarse a lo negativo como a la muerte, lo malvado, la destrucción y lo desconocido. Este color puede enfatizarse en las sombras, tal cual en la trilogía de The Dark Knight de Christopher Nolan.


Al momento de crear estas asociaciones entre color y emoción, es que el lenguaje no verbal surte efecto para el espectador. El color se vuelve la guía en la experiencia de ver una historia en la pantalla grande. 


De izquierda a derecha: Deadpool & Wolverine (2024) y Gone with the Wind (1939)

El problema del look moderno


Se dice que el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU por sus siglas en inglés) asentó las bases para que el cine blockbuster de Hollywood copiara ese estilo visual careciente de color, extremadamente cuidado y efectos visuales a medias, y así, una gran cantidad de sus producciones lucieran igual, basta con recordar los espantosos live-action de Disney.


De acuerdo al vídeo de Like Stories of Old titulado “Why Movies Just Don’t Feel “Real” Anymore” se establece que la falta de mostrar la realidad en las películas es el origen de este problema. El ambiente debe de sentirse tangible.


En las cintas filmada con Technicolor mencionadas con anterioridad, el elemento de oro eran los vibrantes colores, pero se complementaba con el grano propio de la tira de película que fomentaba la textura de la imagen, por lo que a pesar que se retrató a la maravillosa tierra de Oz todos los elementos de diseño de producción se perciben como táctiles y reales.


Parte de este último punto corresponde a que los artefactos, personas y ambientes deben de ser tridimensionales, que exista relación lógica entre el color, la luz, la textura, los movimientos y el sonido con respecto a la realidad experimentada por nosotros, como humanos. 


Singin' in the Rain


Basta con recordar el número musical de Good Morning en Singin’ in the Rain, donde se escucha el golpeteo de los zapatos de tap contra el suelo mientras se muestra la coreografía y se hace uso de sombras y de ángulos que facilitan la comprensión de la realidad. La luz, y la textura de los vestuarios complementan al movimiento, dando sentido al todo.


Aunque se retraten mundos asombrosos como la tierra de Oz o en la modernidad, la magnificencia de Pandora en Avatar de James Cameron, la incorporación de los elementos antes mencionados alientan a que el espectador perciba ese entorno como uno cercano, en lugar de un planeta ficticio. Igualmente, en Interstellar, las escenas dentro del Planeta Miller se sienten cercanas debido a la textura, color e iluminación del oleaje.


Destacó la tangibilidad de los elementos de fondo dentro de una película debido a una cuestión estrictamente vinculada al desarrollo biológico y psicológico del ser humano. Tal cual lo describe Piaget en la etapa sensoriomotora (abarca de los cero a los dos años) de la teoría sobre el desarrollo cognitivo; en esa fase el aprendizaje proviene del tacto y el contacto con los objetos de nuestro entorno para que así quede registrado en la memoria ocasionando la consolidación de conceptos respecto a la realidad.


Gracias a la incorporación de las cámaras digitales al cine es que diferentes procesos se han optimizado, reducido o eliminado, facilitando en gran parte la producción. Cuando se filmaba con cámaras Technicolor, la planeación para empezar la producción era extensa, iniciando desde la ubicación de las luces, el uso de ciertos vestuarios u objetos para que fuesen captados de la forma óptima. Hoy en día, en específico dentro de ciertas producciones blockbusters de Hollywood, se toman decisiones creativas dentro de la post-producción en lugar de la filmación o la pre-producción; el uso de VFX facilitan que se remuevan objetos del fondo o se añadan, que la iluminación cambie ligeramente de lugar.


Aunado a este punto, el color grading uniforme provoca que las películas luzcan “como color cemento”, sin alma o profundidad en su mensaje. El maravilloso mundo del color parece haber sido apartado, ya que solo se utiliza una cierta escala de tonos desaturados y fríos, que no aportan al lenguaje visual.


Algunas de las películas que ejemplifican perfecto ese punto son: Deadpool & Wolverine (2024), The Lion King (2019), Freakier Friday (2025), Minecraft (2025), Five Nights at Freddy’s (2023) y The Idea of You (2024). 



Retomando el caso de ambas películas de Wicked, me resulta alucinante como la primera entrega carece de cualquier rastro de The Wizard of Oz; la universidad de Shiz se ve apagada a pesar de tener un excelente diseño de producción, la falta de color y la pesima iluminación le resta tangibilidad. 


Ahora con la segunda parte titulada “For Good”, el color mejora en comparación con su predecesora pero la iluminación continua fallando lo que ocasiona que el diseño de producción se vea contrarrestado por una atmósfera visual deplorable, alejándose de la visión vivaz de la tierra de Oz que enamoró a audiencias enteras en 1939.


No obstante, algunos cineastas y directores de fotografía como Christopher Nolan, Hoyte van Hoytema, Sofia Coppola, Paul Thomas Anderson, Brady Corbet, Mona Fastvold, Damien Chazelle y Emerald Fennell continúan abogando por el uso de cinta. 


En el caso de Nolan, es uno de los principales innovadores dentro del formato IMAX, tal cual fue la cinta en blanco y negro diseñada para filmar la mayor película de la década, Oppenheimer. Igualmente, se reveló la creación de nuevas cámaras con ese formato para The Odyssey. 


The Wizard of Oz


El Technicolor encapsula a la perfección la época de oro del cine hollywoodense, una era donde el proceso de hacer cine era una labor artesanal y que con cada película que estrenaba buscaba desafiar los límites para así crear un nuevo paradigma. La transición del color sepia de Kansas a la colorida tierra de Oz marcó un antes y un después en el cine.


El legado de aquella técnica de tres tiras de película perdura hasta el día de hoy, tan solo por el inicio del uso del color como herramienta narrativa, en conjunto con la luz, la textura y los movimientos humanos. Tristemente algunos estudios gigantescos como Disney parecen demeritar estos aspectos, ya que buscan que sus largometrajes luzcan iguales, restando valor artístico en el resultado final.


Recordar la historia del Technicolor no solo sirve como un ejercicio de aprendizaje sino como una reflexión respecto al uso del color y la transformación del aspecto visual del cine moderno. El color no es solo estética sino es el complemento perfecto para transmitir el mensaje que perdurará por décadas en tu memoria. 

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