Frankenstein en la era del streaming: la desaparición del subtexto

Antes de leer este texto, pregúntate: ¿cuántas veces has puesto una película o un capítulo de alguna serie de fondo mientras revisas el celular?



Tal cual el deseo de Kubrick por llevar a la pantalla grande la vida de Napoleón Bonaparte o el afán de Villeneuve por adaptar Dune desde que leyó el libro durante su adolescencia, Guillermo del Toro finalmente materializó uno de los proyectos más ambiciosos de su carrera, uno el cual había estado en su mente desde los 11 años.


Esta nueva adaptación del clásico libro homónimo escrito por Mary Shelley, retrata la obra del Dr. Victor Frankenstein, un hábil y cruel científico que desafió las reglas de la vida al crear una criatura a partir de un monstruoso experimento el cual terminará en la construcción de una relación peculiar entre creador y creación.


Hablar de la primera novela de ciencia ficción de la historia no solo implica mencionar su impacto en la literatura, como la fusión de géneros literarios como el romanticismo o lo gótico, sino que cabe destacar las diferentes interpretaciones que se han realizado; como las que abordan lo más evidente como la dinámica entre padre e hijo, mientras que otras profundizan en una exploración acerca de la feminidad.


Por lo que como era de esperarse, esta adaptación era de las cintas más anticipadas del año, en parte por ser la nueva y gigantesca apuesta del director ganador del Oscar, así como se esperaba una exploración particular de la historia; una donde la criatura fuese vista desde otro ángulo, no obstante, considero que me encontré con otra película.



Netflix y el nuevo modelo de guion


A lo largo de los ciento cincuenta y dos minutos de duración, se presentan los acontecimientos desde un enfoque peculiar, uno donde se sobre explica la temática, dejando nada de subtexto al espectador.


Inicié con esa pregunta referente al uso del celular mientras se ve una película o capítulo de alguna serie, debido a que la aparente causa de esta sobre explicación radica en el modelo de producción de Netflix.


A inicios de 2025, Will Tavlin, un periodista estadounidense publicó el artículo "Casual Viewing, Why Netflix looks like that?" en la  revista N+1, donde se detalla la historia del gigante servicio de streaming que revolucionó a la industria cinematográfica de Hollywood, Netflix, así como el modelo de negocio y de producción de contenido para la plataforma.


En ese texto, Tavlin describe que esa compañía dicta reglas estrictas a sus guionistas, quienes deben de anunciar las acciones de los personajes a través del diálogo; sobre explicando, cayendo en clichés o creando interacciones que se perciben como artificiales. Esto con la intención de facilitar el entendimiento de la producción a quien “lo ve” como algo de fondo, regularmente mientras se atiende a otra actividad.



La pérdida del subtexto en la cinta


Como ya mencioné, conforme la humanidad ha avanzado, Frankenstein ha adquirido diferentes significados y es aquí donde radica la riqueza de la historia. Que cada lector pueda encontrar un nuevo subtexto, tal cual el subtítulo de la novela original “el prometeo moderno”.


Del Toro escribió un guion donde sobre explica las intenciones de sus personajes, tal cual ocurre con el deseo de desafiar a la muerte por parte del Dr. Frankenstein. El origen de esta premisa surge tras la aparente negligencia de su padre ante el deceso de su madre y se muestra dentro de los primeros veinte minutos de metraje, no obstante, en escenas posteriores se vuelve a repetir, como si el espectador no lograra recordar este suceso.


Si bien en cintas o textos de ciencia ficción se debe de esclarecer los procedimientos a realizar conservando el lenguaje técnico también debe de ser accesible para el público general, sin embargo, en esta cinta, el proceso de creación de la criatura termina envuelto en la ya mencionada, sobre explicación. No basta con que el Dr. Frankenstein explique una vez su idea, sino que lo repiten hasta el cansancio.


Igualmente se presenta con el origen de la bondad de la criatura, quien narra su versión mientras se muestra su estancia en la casa de la montaña de un anciano. No es suficiente con que se muestre las acciones positivas que hizo por este sujeto sino que lo tienen que reforzar con la adquisición de conocimiento bíblico, el cual es representado a través de menciones de pasajes como el del génesis.


Durante la primera conversación entre Elizabeth y Víctor, ella aborda la banalidad de la guerra repitiendo las mismas palabras referente a las ideas con tan solo dos diálogos de diferencia, posteriormente sobre explica la relevancia de los soldados; el final de una oración sirve como puente para que en la siguiente frase se vuelva a decir lo mismo pero con dos ligeros cambios, como si el espectador no conociera o no pudiera asociar las múltiples consecuencias de los conflictos armados.


El diálogo “Victor, tú eres el monstruo” es una prueba más de la sobre explicación de la cualidad del doctor, la cual fue presentada y narrada a lo largo de toda la película. La interacción entre cada personaje la percibí con un grado de artificialidad. La sobre explicación de los motivos y de las acciones terminó en contrarrestar el posible impacto emocional que la cinta intentaba transmitir, Del Toro es un maestro para transmitir el sentir más complejo del hombre pero aquí termina en un conato fallido.


A este elemento narrativo se añade la fotografía digital extremadamente pulida y movimientos de cámara dignos de un musical los cuales parecen no tener intención significativa más allá de impresionar al espectador. Destacó el primer punto debido a que al cuidar tanto el look visual, a mi consideración rompe con la intención de mostrar una historia de las peores características del ser humano, incluyendo a la iluminación.


De izquierda a derecha: Oppenheimer, The Zone of Interest y The Brutalist

Contraste con otras obras cinematográficas


Películas recientes como Oppenheimer, The Zone of Interest y The Brutalist han abordado las causas y consecuencias de las peores creaciones de armamento y de crímenes de guerra; la devastación de la humanidad por el mero hecho de demostrar poder, pero estas temáticas no son sobre explicadas sino que son representadas con perspicacia.


En una escena de la obra maestra dirigida por Christopher Nolan, Kitty Oppenheimer cuestiona a la guerra por medio de la muerte de su ex esposo, quien falleció para evitar que una bala cayera en el lado que defendía, es un diálogo sutil pero que evidencia la crítica a estos conflictos.


Por otro lado y en esa misma cinta, se referencia al mito de Prometeo, uno al inicio del metraje y otro por medio de un diálogo de Bohr, quien le explica a Robert sobre el posible desenlace del armamento nuclear, esto lo enuncia verbalmente mientras hace referencia a un suceso del pasado, el cual fue mostrado en la película; este hecho no se sobre explica, y mantiene la interacción con tintes laborales y personales entre ambos científicos.


A diferencia de The Zone of Interest, que nunca se muestra los horrores del peor campo de concentración de los Nazis, Auschwitz, más bien se deja entre ver por medio de ciertas tomas donde se aprecia el humo proveniente de los hornos o por la representación de la vida idílica de la familia mientras se muestra al jefe de esa casa con los conflictos que su labor como comandante del campo, le aqueja. 


Ahora, en el overture de The Brutalist, Erzsébeth cita a Goethe “nadie está más esclavizado que quien falsamente se cree libre”, una frase que funge como la tesis de la película y como eje del personaje de László Tóth. Brady Corbet escribió a un personaje complejo el cual nunca verbaliza sentirse escalvizado pero si es ejemplificado por medio de movimientos de cámara o de la propia actuación de Adrien Brody.


En ninguno de estos casos, se sobre explica el mensaje de las películas, sino que los autores le permiten a su audiencia reflexionar acerca de lo mostrado en pantalla, y es aquí donde regresamos al artículo de Tavlin. Estas cintas fueron diseñadas para exhibirse en la pantalla grande, inclusive el uso de formatos de filmación ayudan a magnificar las cintas; la audiencia que compra su boleto busca una apuesta diferente a la del espectador promedio de Netflix.


No obstante, se entiende la gigantesca apuesta que los largometrajes antes enunciados significaron para sus directores y para los estudios. Por un lado, Nolan ya tenía una exitosa carrera en el cine blockbuster de autor, por lo que estaba en ventaja al presentarle a Universal la propuesta de Oppenheimer, mientras que Jonathan Glazer tuvo la suerte de que A24 se involucró desde el desarrollo y producción. El caso contrario fue el de Corbert, quien anheló rodar y estrenar su épica de arquitectura de tres horas y media de duración por más de siete años, finalmente la película fue adquirida por A24 tras su excelente estreno en el Festival Internacional de Cine de Venecia.


Frankenstein era el proyecto de ensueño de Del Toro. Según se ha revelado, diferentes estudios fueron consultados para que produjeran la cinta, sin embargo, estos lo rechazaron, tal vez por el presupuesto o por lo arriesgado de su apuesta, aunque viniendo de un director mundialmente aclamado esto no debería de suceder. Finalmente, Netflix tomó la batuta del proyecto, irónicamente esto terminaría sentenciado a la calidad de la obra.



La consolidación del servico de streaming actual


En el podcast de Los Más Odiados, los hosts Sergio Muñoz y Miguel Araiza han hablando en diferentes ocasiones el cómo este servicio de streaming ha pasado a ser un gasto indispensable en la vida de las personas, a nivel de los servicios básicos, por lo que sí están invirtiendo capital en entretenimiento, claramente buscarán aprovecharlo aunque sea poniéndolo de fondo mientras lavan la ropa.


Los cambios en los hábitos de consumo de cine y televisión han conducido a modificaciones dentro de la producción en Netflix. El espectador actual de la plataforma batalla para concentrarse en una sola actividad, tal vez por la idea aspiracional de ser multitasking o por lo difícil que se ha vuelto dejar a un lado el celular.


Si bien Frankenstein es uno de los proyectos más ambiciosos del año y de toda la carrera del cineasta mexicano, creo firmemente que desaprovecha el material de la novela que transformó a la literatura, no solo por el montaje sino por la ya mencionada sobre explicación del subtexto, el cual parecía ser inexistente. 


Este caso es un ejemplo más de la entrecrucijada a la que algunos cineastas se enfrentan, tal ver por querer contar esa historia que les cambió la vida o por querer lograr impactar en la sociedad, terminan bajo el yugo de estas plataformas que transforman su visión.


Admiró la determinación de Del Toro por adaptar este clásico desde el inicio de su trayectoria, lamentablemente una apuesta de esta dimensión sólo podía ser adquirida por este monstruo del streaming. Al igual que el Dr. Frankenstein, los cineastas y guionistas parecen haber perdido el control de su creación, todo por encajar en los nuevos cánones de producción y de consumo. 

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